ANALFABETO POLITICO

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."



Bertolt Brecha


sábado, abril 03, 2010

Milton Reyes, con tu ejemplo somos marxista leninistas

Milton Reyes, con tu ejemplo somos marxista leninistas

 

publicado el: 31 de marzo de 2010
(3ª. Parte)

Por lo macabro del hecho se mantiene aún, entre quienes lo conocimos, el recuerdo de su vil y cobarde asesinato. La lucha de clases en la década de 60 y 70 marcó la ebullición propia de los países atrasados y dependientes en los que el mayor peso de la explotación y la pobreza recae sobre los: trabajadores, campesinos, artesanos, pequeña burguesía, desocupados, quienes en los campos y ciudades sufrían el atraso y la miseria. Por ello es que el imperialismo y las oligarquías promovieron gobiernos dictatoriales, civiles y militares. Fue la época en que Milton y muchos otros jóvenes llegamos a comprender que nuestra lucha y nuestros sueños solo se harían realidad al militar en el partido revolucionario, el PCMLE, surgido de las entrañas del debate y la confrontación ideológica y política con el viejo Partido Comunista del Ecuador (revisionista) y quienes entendimos que al socialismo y al comunismo se camina sin traicionar la ciencia del marxismo leninismo, contra quienes pretendían cambiar la lucha de clases por el atajo pacifista y desleal que hace juego a los enemigos del pueblo y sus explotadores. Una vez surgido el partido revolucionario Marxista Leninista (PCMLE) dejó atrás a quienes torcieron la historia y la necesidad de transformar el Ecuador y el mundo por la vía armada y se fueron por el atajo y de brazo con el revisionismo que renegó de la toma del poder y la dictadura del proletariado. Iniciamos así nuestra militancia consciente en la vanguardia organizada, selecta y secreta que nace en agosto del 64 y se nutre de la sangre joven de Milton y de todos quienes aman el cambio y la transformación auténtica y que da sus primeros y seguros pasos vertebrando un movimiento entre los obreros, campesinos, artesanos, la juventud y los profesores que trabajan por un mundo mejor. Es la época en que el populista José Velasco Ibarra se encarama en el gobierno por quinta vez como portavoz, instrumento y alternativa política de las oligarquías, de los banqueros, de los imperialistas, su embajada y la CIA.
Por ello es que Milton y todos los ML trabajan contra ellos y su sistema de explotación, febril e incansablemente, con el ejemplo lozano de la teoría revolucionaria y su partido organizado. Y Milton Reyes es un dirigente honesto, leal y consecuente porque es un marxista leninista, en quien los jóvenes y los explotados encuentran a su guía, organizador y luchador infatigable por la libertad y el socialismo; fiel, comprometido e intrépido a favor de los demás y con todos “para tomar el cielo por asalto”. Con su ejemplo somos comunistas marxista leninistas.
Por eso se granjeó el odio irrefrenable de los oligarcas, de la policía y de los paracaidistas que para aquel entonces ensayaban en el Ecuador la crueldad aprendida por sus jefes en la “Escuela de Las Américas” y enseñada luego para reproducir las tácticas más refinadas de represión, para aplacar el hambre y perpetuar la explotación. Y Milton es asediado, espiado, seguido y amenazado y se lo quiere cazar con la bomba tipo misil (para no errar en el disparo). Pero Milton sobrevive porque su ideología está por sobre sus asesinos, porque quiere seguir luchando junto a los suyos y en contra de sus enemigos.
La efervescencia de la lucha aumenta. Los enfrentamientos con la policía, de la juventud, de los trabajadores, de los vecinos, de los canillitas, de los lustrabotas y desempleados se dan contra la policía con insistencia y nuevas formas de lucha en calles, plazas y barrios. La hora no importa porque de por medio está la exigencia en contra del alto costo de la vida, por la democratización de la educación y en contra de la dictadura del “loco Velasco”.
La oligarquía le tiene miedo porque los retos del Milton son más grandes y porque en “los sueños de perro” de la oligarquía aparece el “agitador” y su masas arrebatándoles su mundo, quitándoles la riqueza y obligándoles a trabajar como los pobres.
Por eso es que lo asesinan y en su planificación, para que no falle nada, acuden a la CIA, se valen de los soplones y seleccionan a los paracaidistas más avezados, aquellos que por lo brutal del entrenamiento que reciben no dirán nada, ni “delatarán” a nadie. La oligarquía se aprovecha de la noche para ordenar a sus sicarios que sitien al “subversivo” y así lo hacen en el barrio de El Tejar y la “Chilena”. Lo hacen desaparecer por varios días para torturarlo, asesinarlo y hacer aparecer que en su “huida” de la “fuerza pública”, en el barrio de San Juan, tropezó y cayó a la quebrada de la Chilena.
Así es como los explotadores, los banqueros de la familia Acosta Velasco, Acosta Espinosa, los “pesquisas”, los paracaidistas, la embajada americana y sus agentes de la CIA asesinan a MILTON REYES uno de los mejores hijos del pueblo, representativo y consecuente, luchador por la justicia y en contra de la explotación, los abusos y sobre todo porque llegó a comprender que la humanidad camina para delante, por el socialismo y el comunismo.
El recuerdo de Milton Reyes, el papel histórico del partido del proletariado y la revolución, el PCMLE, están siempre vivos en el recuerdo y en la acción, en la necesidad histórica, cada vez más urgente, de nuestros pueblos de ir hacia el socialismo y el comunismo.
El recuerdo de Milton está en la organización y lucha obrera y campesina; en la reivindicación estudiantil y en sus conquistas, entre los educadores, artesanos, canillitas, lustra botas, en la organización de la cooperativa agrícola, junto a los montubios y campesinos, en la tienda y en la juventud del barrio, en la ciudad y el campo; entre las madres humildes que miran en sus hijos el despertar de sus conciencias. Está en todos los humildes y explotados, está en la lucha de clases, en la organización revolucionaria, en su crecimiento y en su acción por la toma del poder de los obreros; está en el “Luchar y estudiar junto al pueblo por la revolución”, no como consigna, no más, sino como ideal que él anheló, por el cual luchó, por el cual todos luchamos. Está en la juventud del barrio que junto a él, junto a todos peleó contra la bomba, el tolete y el sable; estás, estamos haciendo resbalar al caballo y al policía represor que envistieron ferozmente para acallar la protesta. Estás presente entre los vecinos de San Juan, San Roque, la Colmena, La Tola, la Ferroviaria Alta, el Quito del sur y muchos barrios más que armaron la bronca junto a ti, junto a todos contra el alza de pasajes, la gasolina, el pan, la carne y la leche; la toma de la Universidad de Guayaquil en el 69 donde se consiguió el libre ingreso a cambio de la vida de 30 estudiantes; en la lucha librada en la década de los 60 y 70 por la democratización de la universidad ecuatoriana y por los derechos sociales; en la Universidad Popular junto a sus estudiantes, los maestros albañiles, plomeros, reclamando calidad en sus profesores y carreras; en la Escuela de Ciencias Políticas evitando que la desaparezcan y propiciando la de Ciencias Políticas y Sociología para que la academia no se olvide de la universidad para el pueblo.
En homenaje a su memoria el PARTIDO COMUNISTA MARXISTA LENINISTA DEL ECUADOR (PCMLE), ha resuelto que la campaña de afiliación de la nueva militancia que se integra a sus filas en este año 2010 lleve por nombre MILTON REYES en recuerdo a su militancia y como miembro de su Comité Central, elegido en la Conferencia Nacional del Partido efectuada en la ciudad de Quito, en marzo de 1970.

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