Estas palabras corresponde al Presidente Correa y es tan paradójico que tales declaraciones coinciden al tiempo de la restructuración del sistema judicial, etapa altamente conflictiva; pues como hemos denunciado su autonomía se encuentra eliminada por una burda intromisión del presidente que dispone del Consejo Nacional de la Judicatura Transitorio para amedrentar y ordenar a jueces y empleados judiciales que actúan como meros apéndices que instrumentan sentencias o levantan cacerías de brujas conforme a los intereses del régimen actual.
No es coincidencia que el 10 de agosto del 2010, en medio del informe presidencial, fue el propio Correa quien pidió amnistía para Dahik; al quien lo sacramentó como perseguido político, hombre honesto y que no se robó ni un solo centavo del país; pero dicha petición no tuvo eco en la Asamblea Nacional gracias al rechazo popular y a la denuncia levantada por el bloque plurinacional de izquierda (MPD-PK).
Ahora Correa se aprovecha de la pírrica victoria alcanzada, con una millonaria campaña, en la última consulta popular para aprovecharse de la desmemoria histórica de algunos, de la juventud biológica de otros; pero al fin de cuentas se burla de nuestro pasado reciente al pactar con un sector de la oligarquía de nuestro país, la sustitución de la orden de prisión que pesaba sobre Dahik mediante una disposición de la Primera Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia.
Pero, ¿quién es ese hombre honesto del que habla Correa? Para ello haremos una rápida secuencia de la vida de Alberto Dahik Garzozi. Fue dicho personaje que sirvió al gobierno de Febres Cordero como su asesor económico, presidente de la Junta Monetaria y su ministro de Economía que fuera censurado por el Congreso. Dahik primero fue congresista y luego vicepresidente de la República en binomio con Sixto Durán Ballén; bajo su égida se desarrollo las políticas neoliberales del FMI como: las privatizaciones de la energía eléctrica, el petróleo, las telecomunicaciones e incluso el IESS; el despido de trabajadores del Estado, la desregularización de la economía; etc.
Estas medidas económicas permitieron consolidar el poder de la banca chulquera, de los grandes ricos y además de remachar la dependencia frente a los Estados Unidos de América como a los organismos crediticios internacionales. A tal punto que hay quienes afirman que fue Dahik el precursor de la larga noche neoliberal en nuestro país, que aún continúa.
La acusación que pesa sobre Dahik tiene que ver con el uso de los fondos reservados (hoy extintos) que permitían la compra de votos en el viejo Congreso Nacional y tantos otros actos de corrupción. En el caso del hombre honesto, según Correa, se logró demostrar a más de los mencionados actos de corrupción, que se utilizaron dineros públicos para la construcción de la casa del mencionado personaje, o varias contribuciones a las iglesias en el que fue asiduo visitante, pagos a cantantes, bares; etc., todo esto con la complicidad de sus subordinados Gladys Merchán y Juan Crespo que juntos abrieron cuentas para el cohecho en el Banco del Pacífico.
Allí lo tienen de cuerpo entero al hombre honesto defendido por Correa, al padre del neoliberalismo que dice combatir el presidente actual. Las coincidencias van más allá de representar a los intereses económicos y políticos de al menos una parte de la oligarquía, pues más allá encontraremos algunas identificaciones ideológicas entre Dahik y Correa quienes por igual detestan la organización juvenil, social y popular, aborrecen a la izquierda y armonizan sus criterios en la criminalización de la resistencia.
La historia que es necia hoy muestra a Correa que solicita amnistía para Dahik, pero que contrariamente presiona a la justicia para encarcelar a dirigentes del indigenado, estudiantes, maestros, campesinos, sindicalistas; etc. Entonces, ¿para quién gobierna Correa?
Habrá quienes pretenden justificar la supuesta independencia de la Justicia y el interés de impedir la impunidad de Correa, con el pedido a la Interpol de apresar a otro corrupto oligarca como lo es Mahuad, pero cabe señalar que se trata de una disputa entre grandes grupos económicos por el control del país; así como una cortina de humo para fraguar la inocencia de Dahik como hombre honesto por sentencia que seguramente será elaborada en Carondelet.
Hace pocos meses atrás suerte semejante, de hombre honesto, corrió Jorge Gallardo involucrado en el perjuicio al país en la renegociación de la deuda externa. Las presiones ahora pugnarán por el regreso de Bucaram, Isaías y tantos otros que se autoexiliaron para disfrutar los recursos que saquearon al país.
Levanto estas líneas de denuncia a riesgo de ser caracterizado como pelafustán, pelagato o corrupto; pero creo en el cambio, en el mundo nuevo y el Ecuador socialista, que se construye no con compadrazgos entre derechas neoliberales ni con jueces corruptos; sino que es obra histórica que edificarán los trabajadores, la juventud y los pueblos que derrotaremos no sólo a los gobiernos traidores, sino al capitalismo mismo; esa es nuestra tarea y la cumpliremos.
Francisco Escandón Guevara
2012: año de luchas...
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