Alberto Dahik, Vicepresidente de la República en el gobierno de Sixto Durán Ballén, enjuiciado por su irregular participación en el uso de recursos de una cuenta secreta de gastos reservados, regresó al país luego que el Presidente de la Primera Sala Penal de la Corte Nacional de Justicia (CNJ) levantó la orden de prisión que lo mantuvo prófugo en Costa Rica desde el 11 de octubre de 1995. Este hecho no fue sorpresivo puesto que Correa en su Informe anual de 2010 ya pidió la amnistía para quien consideraba un hombre “honrado, víctima del odio y la barbarie que dominaban en ese momento...”. Para nadie pasa inadvertido que ahora que Correa tiene en sus manos las riendas del sistema judicial, el retorno de Dahik obedece a su “magnánima” voluntad, en ejercicio de la cual los corruptos de los gobiernos oligárquicos, aquellos que despilfarraron y atracaron los recursos del Estado, pueden respirar tranquilos porque para ellos sí está vigente el perdón y olvido.
El fallo emitido por el Juez Hernán Ulloa, Presidente de la Primera Sala Penal, fruto del cual Dahik esta campante en el país, fue emitido luego que la Fiscalía General, es decir, Galo Chiriboga, diera el visto bueno al pedido de sustitución de la orden de prisión preventiva por la libre comparecencia del imputado en el proceso. Esto muestra que el procedimiento del juez fue debidamente concertado en las altas esferas del gobierno; las opiniones vertidas por Correa al respecto así lo confirman, pues, ratificó su convicción de que Dahik es un “tipo honesto” y que todo fue fruto de una “malsana e infame persecución política...” Resulta llamativo que esta postura condescendiente de Correa frente a Dahik coincida con una similar mantenida por Lucio Gutiérrez quien, en el 2005, también intentó favorecerlo mediante el impulso de la anulación del juicio por peculado que se sigue en contra del ex vicepresidente.
Con esta actitud derechista y traidora, Correa pretende convertir al victimario en víctima y, con ello, consagrar la impunidad. De ahí que, es absolutamente coherente anticipar que no está lejano el día para el regreso de otros corruptos como Abdalá Bucaram o Jamil Mahuad.
A tono con lo ocurrido, precisamente, se ha armado la plataforma política para que Dalo Bucaram proclame la supuesta “inocencia” de su padre, pretendiendo que se deje en el olvido su responsabilidad en los también sonados casos de corrupción conocidos como “mochila escolar” y gastos reservados a nombre de los cuales se alzó con 11 mil millones de sucres de las arcas de Estado.
Lo ocurrido en torno a este caso confirma, por un lado, la naturaleza derechista del gobierno, al tenor de la cual pretende garantizar la impunidad de quienes en uso y abuso del poder político saquearon las arcas públicas -probablemente se guía por el adagio popular “hoy por ti mañana por mí”-; y, por otro, hace evidente su total injerencia en la Función Judicial, ratificando que tiene metidas sus manos en la justicia. Correa ha terminado por despojarse de la fachada de combate a la corrupción para pasar a la defensa militante de la misma.
Qué hay detrás del caso Dahik:
• Alberto Dahik, Vicepresidente de la República, en 1995, admitió haber utilizado dinero de los fondos reservados para “pagar” a varios legisladores a fin de que aprueben algunas leyes y faciliten la privatización de la empresa telefónica. • • Manejó recursos públicos en cuentas privadas del Banco del Pacífico a nombre de Alberto Dahik y su secretaria Gladys Merchán, en unos casos, en otros a nombre de Merchán y Juan Mario Crespo, pero en todos ellos eran cuentas alimentadas con fondos del Estado durante el período 1992-1995 para gastos “secretos” de la Vicepresidencia de la República. • • De la cuenta Dahik-Merchán giró cheques a favor de la Constructora ConBaquerizo, empresa que en ese entonces construía la casa de Dahik en la urbanización Biblos, en Guayaquil. • • Huyó del país el 12 de octubre de 1995 tras la acusación y orden de prisión por el delito de peculado y enriquecimiento ilícito. Debe responder por el uso de más de 20 mil millones de sucres en gastos “secretos”
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