ANALFABETO POLITICO

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."



Bertolt Brecha


martes, junio 26, 2012

Amnistía para Marcelo Rivera


Marcelo Rivera_010
por Vladimir Andocilla R.
La palabra amnistía viene de un vocablo griego que significa olvido. Según el jurista Hernán Salgado “esta institución se aplica en casos excepcionales de comisión de determinados delitos, es entonces que la amnistía extiende el velo del olvido sobre lo ocurrido o, al decir de otros comentaristas, borra la existencia del delito y de sus consecuencias.”
“Tradicionalmente la amnistía se ha aplicado a los delitos llamados políticos, que se estima que merecen un tratamiento especial más favorable que los delitos comunes, por cuanto los delitos políticos implican un móvil altruista y extra individual” afirma Salgado. Estableciendo de esta manera dos elementos, la existencia del delito y los móviles que condujeron a este. El penalista Jiménez de Asúa, dice que el delito político es aquel que atiende al bien jurídico lesionado, y que es meramente objetivo, y el que explora el móvil, adoptando así principios subjetivos.
Se diferencia del indulto, que tiene más bien una característica humanitaria-personal, porque la amnistía mira el tipo delictivo y el ambiente político-social que vive el Estado. La Constitución de la República del Ecuador en su artículo 120 numeral 13 al establecer como Atribución de la Asamblea Nacional el conceder amnistías e indultos, define a las mismas, al decir: “Conceder amnistía por delitos políticos e indultos por motivos humanitarios…”.
Estas características, del delito político, se cumplen en el caso Rivera, ya que por un lado el mismo juez sentencia de “agresión terrorista”,  y no de intento de asesinato, y por otro, se debe valorar las circunstancias en que se dieron esos sucesos. Respecto a esto último, se  recordará que Marcelo Rivera encabezó una concentración de cientos de estudiantes universitario, docentes y trabajadores en los espacios verdes del rectorado, y la presencia de él, como dirigente estudiantil, por sí mismo no es un delito, más bien, demuestra su compromiso más allá de la convivencia individual de estudiante, y guarda una esencia altruista y de alto contenido social. La exigencia de gratuidad, el respeto a la independencia de los gremios universitarios, la defensa de los colegios anexos como centros de práctica docente, la exigencia de mayor presupuesto para los centros de investigación, el respeto a los procesos electorales de autoridades en Agronomía y Arquitectura; son parte de los planteamientos que hecho públicos, ese día, en el seno del H. Consejo Universitario; evidenciando un evento político universitario, un mitin de reclamo y no una turba de desaforados delincuentes como intento hacer ver la prensa y el propio gobierno, el desenlace final no estuvo prefigurado por nadie, fue consecuencia de un choque entre dos sectores políticos que se encontraban en el mismo sitio y no son imputables a Rivera. 
La Fiscalía y los jueces determinan que el afectado y los  daños se realizaron a funcionario y propiedad pública, sin demostrar al autor material de los hechos; el propio Rector Edgar Samaniego en sus declaraciones no determina el autor material de la agresión: Rivera jamás pudo serlo, ya que se encontraba a quinientos metros del hecho, al interior de las oficinas del H. Consejo Universitario.
El peso político del delito que se inculpa al ex - Presidente de la FEUE y sus repercusiones, se corroboran cuando  el mismo Presidente de la República, en declaraciones del sábado 16 de junio del 2012 en la sabatina desde la ciudad de Muisne, Esmeraldas, indica: la amnistía para Marcelo Rivera: “sería una bofetada contra la Universidad Central…sería un atentado a la más elemental norma de justicia que a cualquier garrotero, con el apoyo de otros garroteros con cierto poder político les permitan estar por encima de la ley”.
Correa no argumenta elementos legales sino morales, justifica la detención con una causa hipotética como es “una bofetada contra la Universidad Central”, desconociendo que la misma institución le concedió el título de Licenciado a Rivera luego de su detención. Justifica su argumento (el Presidente) haciendo una invocación a la norma de justicia, para esconder la esencia principal de que Rivera es parte de una organización política opositora, que para él sería de “garroteros”, “con cierto poder”, pero legalizada por el Consejo Nacional Electoral, y que cuenta con varios representantes populares en la Asamblea y gobiernos seccionales.
Más allá del odio, existe la convicción gubernamental de penalizar las libertades, conforme la doctrina del “derecho penal del enemigo”. Rivera es así, reconocido como enemigo del régimen y,  por tanto, no enemigo personal sino político.

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