El expresidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), Marcelo Rivera, seguirá privado de su libertad en la cárcel de Lago Agrio, una vez que el Comité Único de Rehabilitación Social negara su solicitud de rebaja de pena, pese al informe favorable del director del centro carcelario, Abdón Villareal. Desde su celda, en diálogo con La Hora, Rivera, calificó la decisión de “eminentemente política” y con fines de amedrantamiento, pero que, sin embargo, nada ni nadie lo detendrá en su permanente lucha de alcanzar días mejores para el país.
El exdirigente estudiantil fue acusado de agresión terrorista y destrucción de bienes, tras los incidentes registrados en la Universidad Central, el 8 de diciembre de 2009. El Tribunal Penal lo sentenció a tres años de cárcel y el pago de una multa de 300 mil dólares.Rivera purgaba su condena en la Cárcel 2 del expenal García Moreno. Sin embargo, luego de una huelga de hambre de 27 días y huelgas en los centros carcelarios, desde marzo de este año fue confinado al Centro de Rehabilitación de Sucumbíos, más conocido como ‘el Guantánamo’ del Ecuador.
Para Rivera, su traslado fue “injusto” ya que la persona privada de libertad debe permanecer en el sitio de arraigo familiar y donde se originó el proceso judicial; en su caso, en la ciudad de Quito y a él lo enviaron a Lago Agrio por retaliaciones políticas, sin fundamento legal, jurídico ni técnico “con el propósito de aislarme”, dice.Pide rebaja de pena. En cuanto a su pedido de rebaja de pena, señala que como cualquier interno tiene derecho a pedir este beneficio, al dos por uno, o una prelibertad o libertad controlada, pero que todo le será negado.“El Departamento de Evaluación y Seguimiento del Centro de Rehabilitación califica mi disciplina como ejemplar, conducta ejemplar, estudio a distancia Derecho, participo de todos los cursos, en la cárcel doy clases de alfabetización y computación con el SECAP, soy una persona activa en el proceso de rehabilitación. Tengo una calificación de 98 sobre 100, pero nada de esto se consideró”.
Los libros y sus estudios de Jurisprudencia, a distancia, lo acompañan en sus monótonos días de encierro. Hoy sabe, a sus 30 años, lo que es vivir privado de libertad y alejado de su familia.La acusación de terrorista que pesa sobre sus hombros, la considera como un precedente del Gobierno para amedrentar a todo aquel que pretenda alzar su voz en su contra. “El Ecuador hoy vive un régimen de terror y miedo”, sentencia.Represalias a su madreAñade que la persecución se ha extendido a su familia. “Mi madre trabajaba en la Universidad Central como conserje y luego de mi detención fue despedida; mi hermano estudiaba en uno de los colegios anexos a la Universidad Central y fue obligado a retirarse. Persecución familar que va más allá de un enfrentamiento político. Decidieron alejarme de mi familia para amedrentarme, pero estamos optimistas, con la frente en alto. Cuando recobre mi libertad seguiré la lucha para procurar mejores días para mi país”, manifestó.
‘El Gobierno controla todo su siguiente paso será reunir los requisitos para presentar la carpeta de libertad controlada. “Pero sé que ninguno de estos procesos va a estar fuera de la influencia política. El Gobierno controla hasta a la comisión de rebaja de penas, pero continuaré luchando, así todos los caminos se me cierren. “Ni la cárcel va amilanar mi espíritu de lucha”, dice.
Tomado de diario La Hora
No hay comentarios:
Publicar un comentario