ANALFABETO POLITICO

"El peor analfabeto es el analfabeto político. No oye, no habla, no participa de los acontecimientos políticos. No sabe que el costo de la vida, el precio de los frijoles, del pan, de la harina, del vestido, del zapato y de los remedios, dependen de decisiones políticas. El analfabeto político es tan burro que se enorgullece y ensancha el pecho diciendo que odia la política. No sabe que de su ignorancia política nace la prostituta, el menor abandonado y el peor de todos los bandidos que es el político corrupto, mequetrefe y lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."



Bertolt Brecha


viernes, abril 22, 2011

EL VIACRUCIS Y LA CONSULTA POPULAR



Fernando Vega
Ex-asambleísta constituyente de Alianza País
Ciudadano con C.I. 010136479-2

18 de abril del 2011

El pueblo ecuatoriano se apresta a celebrar la Semana Santa y esta vez lo hará con el telón de fondo de la campaña de la consulta popular a la que ha sido convocado para el 7 de mayo entre la festividad de la Pascua y la víspera del día de la madre.
Respetando la debida distancia y sin caer en manipulaciones del sentimiento religioso con fines políticos, bien vale recordar la personalidad emblemática de Manolo Barreno, militante cristiano, que en la década pasada paseaba por las calles y carreteras del Ecuador una pesada cruz invitándonos a rezar el Viacrucis Contra la Deuda Externa. Manolo Barreno, se consagró de tal manera a la lucha contra el oprobio de la deuda, que descuidó su salud hasta morir prácticamente de inanición. Por ello bien vale ser recordado como uno de los mártires populares, auto inmolado en aras de la propuesta de no pago de la deuda, que fuera luego asumida por el proyecto de la “revolución ciudadana”.
Siendo los acontecimientos recordados en la Semana Santa, no exclusivos del ámbito religioso, sino también pertenecientes a la historia política del dominio del Imperio Romano en Palestina, cabe destacar que las distintas estaciones del  Vía Crucis contienen un mensaje de denuncia y compromiso para los creyentes y no creyentes de todos los tiempos. La persecución, captura, juicio, condena y muerte de Jesús de Nazaret, llevada a cabo por el poder político en connivencia con el poder religioso de aquel tiempo, se levanta como un monumento a la injusticia y a la crueldad propia de todo poder opresor, que se vuelve a revivir cada año en las calles y plazas de nuestros pueblos. Esto suscita en los creyentes el examen de conciencia de cuánta responsabilidad tenemos nosotros sobre situaciones en las que los pobres y excluidos de hoy son nuevamente vejados y crucificados. Para no cansar recorramos unas cuantas estaciones.
Estación Uno: “Jesús es apresado en el Huerto de los Olivos”. ¡Cuántos seres humanos de hoy, y compatriotas nuestros son apresados y perseguidos injustamente por defender la vida, la tierra, el agua, su cultura contra las multinacionales, el extractivismo y el monocultivo! Se les aplican leyes anacrónicas y se les condena por “terrorismo y sabotaje”. En este momento siete azuayos pertenecientes a la parroquia de Cochapata: Celso, Luis, Plutarco, Remigio, Rodrigo, Segundo y Vinicio están huidos para evitar una condena injusta a ocho años de cárcel por haber defendido el páramo de la agresión ilegal de una compañía minera perteneciente a una de las poderosas familias de la región. De nada les ha valido la amnistía de la Asamblea Constituyente, pues la Corte Provincial de Justicia del Azuay, al servicio del poder económico, los ha sentenciado.
Estación Tres: “Barrabás es liberado y Jesús sentenciado a muerte”. Cuenta la historia bíblica que, Pilatos dándose cuenta de la inocencia de Jesús y queriendo liberarlo consultó al pueblo sobre la posibilidad de soltarlo y para ello le dio a escoger entre el Profeta galileo y un conocido criminal llamado Barrabás y añade que las autoridades judías manipularon al pueblo para que pidiera la libertad de éste y pidiera la condena de Jesús. Eso de que el pueblo nunca se equivoca no deja de ser un eslogan bastante cuestionable, cuando las pasiones y los intereses de quienes tienen el poder de la propaganda se imponen sobre la sana razón y la justicia. En aquella ocasión y en tantas otras el pueblo enardecido ha pedido la libertad del culpable y la condena del inocente. La complicidad y la cobardía también pueden ser de todos, incluidas las autoridades que se lavan las manos y hacen de la vista gorda de las inequidades y chanchullos.
Estación Siete: “Jesús es despojado de sus vestiduras y azotado atado a una columna”. ¡Cuánto despojo a nombre del desarrollo, de la regeneración urbana, del orden público y hasta de la estética de los poderosos! Los sin tierra desalojados de latifundios y las concesiones mineras, los sin techo expulsados de las villas miseria después de haberse permitido el engaño de los traficantes, los vendedores ambulantes prohibidos de ganarse el pan diario, los migrantes despojados de su dignidad y de sus derechos de seres humanos, los inocentes privados de los derechos de la defensa y del debido proceso, los ciudadanos silenciados por el terror y el miedo en todas las latitudes del planeta y también en torno al meridiano cero.
Estación Catorce: “Jesús es sepultado”. La compasión tardía de quienes deberían haber tenido el valor de defender su vida, se hace presente para bajar de la cruz al reo que sirve de escarmiento para todo aquel que ose levantarse contra el imperio. José de Arimatea y las mujeres, -siempre las mujeres, cuando los varones huyen- evitan que Jesús sea arrojado a una fosa común para que desaparezca su cadáver y con él su testimonio y su mensaje. Una y otra vez los poderosos intentan enterrar las esperanzas del pueblo.  ¡Tantas revoluciones vencidas y traicionadas! ¡Tantos héroes convertidos en villanos por el poder de la historia oficial. Tantas verdades que debían salir a la luz y que quedan ocultas para salvar la imagen de los supuestos benefactores del pueblo. Tantas vidas sepultadas en fosas comunes en Bosnia, en México, en Libia, en Colombia…. En nuestros tribunales.
Ultima Estación. “El sepulcro vacío”. Jesús ha resucitado. Aunque el Viacrucis propiamente concluye con la sepultura de Jesús. El pueblo creyente de Latinoamérica ha inventado una nueva estación que celebra la resurrección de Jesús. Cansado de quinientos años de celebrar la crucifixión de su libertad, de sus culturas, las comunidades cristianas recuperan la Pascua, la victoria de la vida y la naturaleza sobre la muerte y la depredación, de la luz de la verdad sobre la oscuridad del engaño y la mentira, del agua fecunda sobre la esterilidad del desierto. De la comunidad  y la solidaridad sobre el egoísmo, el afán de lucro y la acumulación. La esperanza, la fuerza transformadora vence las cadenas del miedo y aunque las autoridades los prohíban, el mensaje de Jesús resucitado cuartea las murallas del imperio y de los vasallos del imperio: ¡somos iguales, somos hermanos! ¡Otro mundo es posible, otro Ecuador es posible! ¡El amor y la compasión son más grandes que el odio y la intolerancia, venga de donde venga! Felices Pascuas y Feliz día de la Madre.


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